Actualizar la habitación de un niño a la de un adolescente requiere una cuidadosa consideración. Cuando se quiere realizar esta transformación, es sensato echar primero un vistazo a todo lo que hay actualmente en la habitación. ¿Qué puede quedarse? ¿Qué se quiere conservar por su valor sentimental? Y, sobre todo, ¿qué puede desecharse?
Si no estás seguro de cómo abordar este proyecto, tenemos algunos consejos sobre la transición de la decoración de un dormitorio infantil a uno juvenil para que puedas empezar.
Proceso en familia
Puede que tengas muchas ideas para el nuevo aspecto de la habitación, pero eso no significa que vaya a coincidir con lo que le gusta a tu hijo adolescente. Se trata de un espacio que tiene que sentirse como suyo, así que asegúrate de hacerle partícipe del proceso de rediseño, repasar las ideas juntos y llegar a un plan que funcione para todos.
Hazte una idea de los colores, diseños y actividades que le interesan. Aquí también puedes hacer una lluvia de ideas sobre las opciones de mobiliario y su disposición, así como sobre los accesorios y los pequeños detalles que aporten unidad a la habitación. La negociación será clave a la hora de descifrar las preferencias.
Lo más importante es crear un dormitorio que satisfaga las necesidades más básicas del adolescente, que le brinde privacidad y con el que pueda sentirse cómodo.
El primer paso, la limpieza
Lo primero que hay que hacer es una limpieza a fondo. Tómate un tiempo para revisar el desorden. Considere la posibilidad de donar los juguetes, la ropa, los muebles y otros artículos que su hijo ya no utiliza. Asegúrate de que están en buen estado y listos para que otro niño o familia los quiera. Aquello que no esté en condiciones, lo mejor será desecharlo o, de ser posible, reciclarlo.
Después de limpiar la habitación, tendrás una mejor idea del espacio que dispones para trabajar y para guardar los objetos o recuerdos que han decidido conservar.
Nuevas paredes y colores
Si quiere dar la bienvenida a una nueva etapa en la vida de su hijo, todo tiene que cambiar. Eso incluye repintar o empapelar las paredes de su dormitorio.
Los dormitorios de los adolescentes son los espacios por excelencia para adoptar el color. Aunque el resto de la casa sea naturalmente neutro, deja que el color aparezca en este espacio.
Las paredes brillantes o los colores llamativos darán a la habitación una sensación de diversión, frescura y energía.
Por su parte, los colores claros pueden crear una sensación de sobriedad sin parecer demasiado llamativos, y proporcionan un ambiente calmado sin ser exagerado.
Por último, si mantienes las paredes en un blanco neutro, beige o gris suave, considera la posibilidad de añadir detalles con cojines, arte, alfombras o lámparas de colores llamativos para conseguir un mayor equilibrio.
El mobiliario, ¿qué se queda?
Es posible que la habitación de su hijo esté amueblada con artículos que necesitan ser actualizados o que se deban comprar nuevos. La elección de los nuevos muebles de los adolescentes debe reducirse a lo que este quiere y necesita, así como al coste y la durabilidad.
Comprar una cama lo suficientemente grande y cómoda, adquirir un armario funcional para la ropa, disponer de unos aparadores para el resto de los objetos personales, crear un espacio para estudiar, son aspectos a tener en cuenta antes de remodelar y rehacer una habitación.
Después de contar con todo el mobiliario esencial, adorna la habitación con detalles. Elige cortinas y colchas que reflejen la estética de tu hijo adolescente. Busca edredones de doble cara para que puedan ajustar su estética a su estado de ánimo. Coloca un tablón de anuncios o corcho para exhibir fotos y otros recuerdos. Compra varias cajas y cestos para una mejor organización. Elige un puf y una lámpara para crear una zona de lectura.
Crear un espacio social
Aunque, ante todo, el descanso y estudio son los aspectos más importantes de la decoración del dormitorio de los adolescentes, la habitación también tiene que estar preparada para sus otras necesidades: el entretenimiento y la vida social.
Ser social con amigos y compañeros es una parte crucial del desarrollo mental y emocional de un adolescente. Cuando los niños llegan a la adolescencia, les gusta tener su propia intimidad para hablar y pasar el rato, así como para hacer las cosas que les gustan.
En este espacio puede tener una variedad de objetos, como un televisor, consolas de videojuegos, un espacio para tener un reproductor de música. Para aumentar la comodidad, un par de pufs o sofás mullidos también podrían resultar excelentes ideas.
Además, si tienen muchos amigos que siempre se quedan a dormir, puedes añadir una cama adicional a la habitación, ya sea con literas o camas extraíbles que pueden servir de asiento adicional durante el día.
Espacio propio y hobbies
Por último, es indispensable establecer un espacio para dar lugar a las aficiones en las habitaciones de los adolescentes. Estas probablemente habrán cambiado a medida que crecen, así que añade sus nuevas cosas favoritas al diseño.
Si a tu hijo le gusta leer, añade un sofá o una tumbona para crear un ambiente confortable. Para el adolescente al que le gustan los deportes, instalar una mini red de baloncesto en la parte trasera de la puerta de su habitación puede ser una forma de practicar los tiros con una pelota de espuma. Cuando se trata de tocar instrumentos, tener ganchos perforados en las paredes para colgar guitarras es una forma de habilitar el espacio y mantenerlas sin que se dañen. Aquellos interesados en el arte podrían comprar algunas pinturas y pinceles para trabajar en lienzos y crear sus propias piezas.
Ahora ya conoces los aspectos que debes considerar a la hora de actualizar la decoración infantil de tu hijo a una más adulta.
Ten en cuenta que a esta edad, es normal que los gustos cambien constantemente, por lo que es recomendable adquirir objetos que puedan durar a lo largo de varios años, y que sean los pequeños detalles y accesorios los que determinen la estética en cada época, ya que después serán más fáciles de actualizar.
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