Trabaja con imágenes: Así abordan los profesionales un proyecto
Tres profesionales de la arquitectura y el interiorismo cuentan qué hacen cuando comienzan a trabajar en un proyecto.
A la hora de emprender una reforma, lo primero que el cliente suele hacer es buscar ideas a través de fotos. Luego elegirá a aquellos profesionales que crea que puedan entender lo que está buscando y, por supuesto, llevarlo a cabo. Ambos procesos están muy vinculados.
“Aconsejaría a los particulares que elijan con cuidado a los profesionales y confíen en su experiencia. Un truco es elegirlos por el tipo de obra que realizan, así se sabe de antemano que sintonizarán con los gustos del cliente. Conviene elegir a alguien con la capacidad para armonizar arquitectura e interiorismo. Si optamos por contratar a un interiorista y un arquitecto por separado hay que asegurarse de que también haya buena sintonía entre ellos”, comparte Blanca Alonso, directora de Nuevos Desarrollos del estudio de arquitectura Ábaton, que además insiste en la importancia de las imágenes y en implicar a los clientes.
“Les pedimos que nos envíen fotos de casas que les inspiren, un rincón, un detalle… Luego, nuestra obligación es sorprender con el proyecto y superar sus expectativas”, dice Alonso.
Los arquitectos e interioristas aportarán soluciones sobre cómo adaptar las ideas de esas fotos en cada caso particular: dimensiones, estructura, tipología distribución o estilo de la casa, pero siempre comprendiendo el proyecto como un todo indivisible que tendrá que encajar y adaptarse a las características particulares de la vivienda y a las necesidades del cliente.
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Por ejemplo, cuando los profesionales trabajan en la nueva distribución de un espacio suelen pensar desde el principio en la imagen que tendrá, en los colores que enlazarán el conjunto, en las texturas, en la iluminación, los textiles y por supuesto en la ubicación del mobiliario.
De lo contrario el conjunto no funcionaría bien: puertas y circulaciones que podrían entorpecer las zonas de uso, ventanas que no se disfrutarían desde el sofá, revestimientos que no contribuirían a potenciar la luz natural o enchufes mal ubicados son precisamente los detalles que no deben quedarse en el tintero.
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La profesional Lara Pujol comparte su método para conseguir que el cliente imagine la propuesta; de nuevo, las imágenes son fundamentales.
“Primero, empiezo por seleccionar imágenes de obras o espacios que trasmitan diferentes tipos de atmósfera, para mostrar al cliente un espacio acabado. Esto te permite para hablar con él de una solución concreta, de un color, de un textil, de un estilo, de una atmósfera. También trabajamos con mood boards, retales de telas y muestras de materiales que presentados en forma de collage, ayudan a imaginar el resultado propuesto”, comparte Pujol.
En el estudio de diseño Egue y Seta van un paso más allá y ya han puesto en práctica un mood board digital. La arquitecta Sarah Salas, que forma parte del equipo, lo explica:
“Solemos usar la herramienta del mood board de manera digital, así de forma interactiva podemos mostrar al cliente distintas opciones, con materiales y estilos distintos. Además, incluye enlaces a distintas referencias visuales externa, tanto en video como en imágenes. El cliente entiende el proyecto y es muy útil para seguir adelante con el diseño”.
Para cualquier información puede usar el siguiente formulario.
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